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sábado, 6 de julio de 2013

-Caco.-


“Santiago 1, 15 de Junio de 2013 Hola a todos: Hoy cumplo un mes desde que no duermo en casa. Los primeros días fueron los más complejos. La noche en que entré a este lugar se celebró el matrimonio de mi hermana Pamela en el que oficiaba de padrino ante la ausencia física de mi padre. Llovía y no pude acompañarla en un momento simbólico e importante de su vida. Los días han pasado. Ahora estoy mejor. Quiero encontrar la forma de expresarles mi gratitud a todos partiendo por mi adorada familia, mi amada compañera, mi madre, mi hermana, mis hermanos, ambos dos, a mis amigos y a todos los que incluso sin conocerme han entendido mi situación y han comprendido que lo que me ha tocado vivir es algo que lamentablemente es más común de lo que debiese ser. Nunca tuve Facebook, ni twitter personal, si a través de Evolución, pero me he podido enterar de forma parcial e intermitente que mi caso ha provocado reacciones muy intensas en las redes sociales y en conversaciones las que han involucrado no sólo a gente que me conoce personalmente, sino que se han sumado otras que con una energía que, de verdad quiero que sepan, me llega, me emociona y que por sobre todo me empuja a no decaer. El cariño que he recibido es algo que nunca imaginé percibir de forma tan pública y masiva. Lo agradezco con todo el corazón. El camino, si es que así se puede llamar a la vida y a la rutina dentro de una cárcel, se hace mucho más llevadero sabiendo que hay gente que me conoce y que sabe quien soy. Pero saber también que esto ha despertado una reacción tan positiva de parte de quienes no me conocen pero sienten, al igual que yo, que es necesario cambiar las cosas, la ley, la forma de interpretarla en casos de gente que por más que la ley 20.000 quiera llamarlos traficantes , no lo son. Que por más que las fiscalías y juzgados estimen que somos un peligro para la sociedad y que debemos estar tras las rejas mientras ellos lo estimen, no debe ser así. Estudié leyes y respeto las instituciones, las leyes y a quienes las dictan, interpretan y aplican. Sin embargo cuando la justicia se presta para injusticias no sólo es nuestro derecho sino nuestro deber revelarnos contra éstas. Lo que les pido es que seamos más inteligentes y sensibles que los que nos oprimen en este sentido. Con respeto, cariño, amor, pero con decisión, fuerza y templanza se deben ganar estos espacios. La verdad no esta en letras que no representan a la gente. La verdad está en respetarnos; así creamos que es inofensiva o no. La verdad está en respetar nuestras libertades en todo el sentido de la palabra. La ignorancia de no saber los alcances de una ley mal planteada; en donde la marihuana es tratada como una droga dura, siendo que no hay indicios de que mate o lleve a la gente a consumir otras drogas más fuertes; asimilándola a la misma calificación que la heroína o la paste base es lo que debemos combatir. Debemos enterarnos de lo que nuestros legisladores hacen para controlar o moldear nuestras vidas. Debemos conocer acerca de las innumerables injusticias a las que esta ley esta conduciendo y a la interpretación absurda que nuestras fiscalías y juzgados están llevando a cabo. Sólo conociendo estas realidades vamos a poder defendernos y exigir cambios. Sólo haciéndoles saber a quienes se aprovecha del descuido de la gente que ya no somos mas ignorantes y que nos enteramos y protestamos vamos a lograr que no sigan estos atropellos. Yo no puedo mucho hacer, salvo decirles que estoy en sus manos. En manos honestas, decentes, no delictivas; pero también en manos y mentes dispuestas a exigir, a no aguantar más abusos. Ver a mis amigos de infancia, los de Conce, los del colegio, lo que la vida me ha concedido tener; los de siempre, enterándose, informándose y entendiendo que a un amigo que no lo es lo tildan y acusan de traficante es doloroso. Pero también siento orgullo de ustedes; orgullo de no sentir miedo, orgullo de que hayan convocado a más gente que sin conocerme personalmente me defiende. Les digo a todos que se están defendiendo a ustedes también y de paso a muchos que ya han sido afectados y a tantos más que si no hacemos que las cosas cambien seguirán sufriendo abusos. Gracias por mi, por ellos; por los que vienen. Sé que es muy probable que me quede bastante tiempo esperando para poder recobrar mi libertad; para poder ver a todos los que quiero; reir con ellos. Me queda quizás mucho más de lo que querría para volver a trabajar y a crear con mis queridos compañero de trabajo, a disfrutar en generar espacios para la música; música que ha sido mi compañera en estos días, mi escudo y salvación. Las ganas de poder disfrutarla, vivirla, permitir las condiciones para que esta se desarrolle y que la gente la disfrute es algo que añoro más de lo que imaginé jamás. Alrededor de ella les pido que sigan estando, sintiendo y compartiendo conmigo. Si lo hacen no habrán paredes, celdas o distancia que nos pueda separar. La libertad está en el alma y en el espíritu más que en donde tu cuerpo pueda estar. Esta lección la aprendí acá, no solo por mi experiencia, sino la de mis compañeros de prisión. Gente que ha sido generosa, comprensiva y a la que respeto y no juzgo por sus errores, porque en su mayoría nuestra sociedad y nuestra “justicia” no les dio las oportunidades que a mi, por lo menos para resarcirse o para tener otra oportunidad. Mientras acá estaré con la mente atenta, con la conciencia tranquila, con el corazón apretado y con la fé viva sabiendo que hablan por mi, que luchamos con armas sólidas y potentes que las que hoy me afligen. Ya termina el día, son las 17.00 hrs y tengo que entrar a mi celda hasta mañana. Ahí estaré pensando en todos ustedes, en que estoy y estaremos vivos; en que no somos tontos y ya no somos ignorantes. Sólo estamos indefensos. Un Abrazo, Manuel Lagos.”